Mi día a día
Rosario LLive Moncayo

Cuando las personas, pasamos de 60 y piquito de edad, la sociedad, e inclusive el entorno familiar, se inclina a pensar que estamos decayendo en todo sentido, razón por la cual, a muchos de nosotros no nos comprenden.
Favor, tengamos presente, que nuestra piel se arruga, el cabello se vuelve blanco, los días se convierten en años, a veces la soledad nos abruma.
Sin embargo, lo importante no cambia: la fuerza, la comunicación y muchas otras cualidades innatas de la persona, no tienen edad. Además, continuamos acumulando sabiduría y paz interna. Un día en mi vida: despierto y doy gracias a Dios por un nuevo día de vida, siento que he recuperado mi energía, me levanto y el aseo personal es lo primero, luego preparo el desayuno y disfruto de un delicioso café, en compañía de mi esposo. Posteriormente, reviso mi agenda y doy prioridad a lo relacionado con la salud, como una hora de ejercicios, citas médicas, etc.
El aseo y el orden del ambiente de hogar, es muy importante, a fin de sentirnos todos a gusto. A las 14h30’, llegan mis tres nietos, de sus respectivos colegios; todos nos preparamos para almorzar, luego de haber dado gracias a Dios, por los alimentos que vamos a servirnos.
"Mi espíritu positivo me impulsa llegar a las metas programadas para el día a día; detrás de cada logro, hay un nuevo desafío; me siento útil, para avanzar por el sendero que JESÚS, me ilumina, realizando mis necesidades y apoyando con gusto a las personas que me necesitan, sin ningún interés de mi parte."
Mientras tenga vida, fortaleza, paciencia, salud, sabiduría, amor y con la bendición de Dios, continuaré en mi lucha, por dar lo mejor de mí, a mi familia, amigos y a personas que requieran de mi apoyo; para lo cual continúo poniendo en práctica una de las enseñanzas de mi padre: “”nunca te detengas, domina al dolor, sé fuerte en las adversidades de la vida, pon amor en todo lo que realizas y respeta para que te respeten"".
Aunque el envejecimiento es un proceso irreversible, contra él no podemos luchar, nos sentimos felices, y damos gracias a Dios, porque el solo hecho de vivir tantos años nos da la ventaja de ver el mundo durante más tiempo y comprender mejor a las personas. Constituimos una pieza muy importante en la sociedad. Hemos acumulado una gran cantidad de conocimientos y experiencias de vida que pueden transmitirse a las generaciones más jóvenes. La sabiduría, las habilidades y las lecciones de vida pueden compartirse a través de las relaciones intergeneracionales, lo que ayuda a las personas más jóvenes a obtener conocimientos y orientación.
"Somos los encargados de mantener unida a la familia, dar consejos y apoyo emocional, cuidar a los más pequeños, incluso ayudar económicamente. Silenciosamente, estamos enseñando a nuestros hijos, nietos, bisnietos y familiares cómo superar las adversidades de la vida, seguir aprendiendo, apreciar las cosas importantes y disfrutar de nuestra familia y amigos."
DIOS CONTIGO.

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