COMO LUCHAR CONTRA EL ALZHEIMER
por María del Carmen Paz y Miño
Mi madre falleció con Alzheimer hace muy poco y nos dejó como enseñanza, una nueva forma de vida. Mi testimonio es el de mis 4 hermanos, somos 5 “como un puño” muy unidos.
¿Cómo afrontamos el Alzheimer de mi mami? Siendo muy reales, luego del diagnóstico, decidimos ser honestos, claros y abiertos. Nunca le ocultamos a mami su proceso y compartimos el diagnóstico con la familia extendida y los amigos cercanos. Nos preocupaba la idea de que mami fuera a ser incomprendida y juzgada por su comportamiento diferente. Decidimos que sea respetada como ser humano.
Yo asumí el rol de “cuidadora” aunque mami no vivía conmigo. Solo el amor nos da las condiciones para cuidar y estar cerca de una persona; sin embargo, ese mismo amor nos da la fuerza interna para reconocer nuestra falta de capacidades específicas y tomar la decisión de “entregar” a nuestro familiar al cuidado de otras personas. Las decisiones importantes las tomamos guiados por el amor que mamá nos regaló durante su vida.
Al principio de su camino, no entendíamos lo que pasaba ni cómo debíamos actuar. Nos enojábamos con ella y perdimos tiempo para ayudarla a procesar su angustia al darse cuenta de lo que le estaba pasando. Sentimientos de culpa, de frustración, enojo, angustia, ira, decepción e incredulidad comenzaron a aparecer en cada uno de nosotros, pero al identificarlos y procesarlos pudimos elegir como caminar con ella.
Fue cuando aprendimos el valor del abrazo, del silencio y del humor. Durante la pandemia, fueron 487 días que no pudimos abrazarla y cuando yo lo hice, con plásticos de por medio, sentí una emoción indescriptible. No sé si me reconoció, pero cuando le canté la canción que ella nos cantaba de niños, sus ojos se abrieron y estuvo alerta.
El Alzheimer borraba los recuerdos de la cabecita de mi mamá, pero ella estuvo siempre presente.
El dolor que dio el Alzheimer a mi familia, fue el motor que necesitábamos para aprender lo que significa, tener esperanza, tener confianza y tener fe. Aprendimos que bailar, cantar, jugar, reír, o estar en silencio con el ser amado, es el mejor regalo de vida.
Aprendimos su lenguaje cuando ella dejó de expresarse en forma coherente y sabíamos cuando “rezaba” o “cantaba”. Aprendimos a descubrir en mi mamá a un ser humano fabuloso que simplemente estaba junto a nosotros y nos pedía amor y atención.
Mi mami era única, un ser humano increíble. La maestra perfecta en AMOR, fue quien luchó por nosotros.
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