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Prólogo


Por Verónica Faini

Gerente General Fundación TASE


Queridos Lectores:


Una de las preocupaciones más grandes que tenemos los seres humanos hoy es ¿cuándo y cómo vamos a salir de este encierro? ¿Cuándo? no hay respuesta perfecta, ¿cómo? sabemos que nos tomará tiempo.

Hace unos días yo hacía una analogía en relación a mi vida personal. Cuando mi hija, recién nacida, por algo no tan grave pero sí largo y difìcil, pasó inmovilizada sus primeros 9 meses, sin siquiera poder bañarse, esperaba ansiosa el día que pueda estar “libre” y hacer su vida normal. Cuando llegó el gran día resultó que no le gustaba el agua y esto era obvio, nunca se bañó, no movía las piernas, de nuevo, obvio, nunca pudo moverlas, no podía sentarse, obviamente, nunca se había sentado.


Aquellas cosas que parecían naturales, obviamente no podía hacerlas. Esto no significaba que era “anormal”, solo que pasó mucho tiempo en una rutina y esquema no “natural” para su edad. Yo busqué ayuda pero me llevó tiempo, esfuerzo y valor. Me pregunto si en este tiempo cambiamos tanto, que nos enfrentaremos a situaciones en las que las cosas obvias en nuestra forma de ser, resultan que no son tan obvias.


Al pensar que tendremos la libertad de tener una vida normal cuando ha pasado tanto tiempo, la pregunta cómo quizás es más compleja que cuándo. Esto depende de lo que es normal para cada uno. De la edad, la forma de vida, la relación que tengamos con los demás, de tu pareja, de cómo estás con la familia y amigos. El cómo se resuelve con paciencia, con calma, con respeto a los demás y con aceptación de que lo normal se relativiza con todo lo que pasaste estos largos meses de encierro y lo que estás por vivir en los que vienen.


Salir para un niño no es igual que para un adolescente, regresar al colegio para un adolescente no es igual que para un niño, decidir que nunca más vuelvan al colegio presencial porque te resulta mejor, separarse de un esposo cuando hay libertad no es lo mismo que hacerlo en condiciones sin COVID, encontrarte con la realidad de aquellas ausencias de los seres queridos que este tiempo partieron del mundo por el COVID y por otras enfermedades que no habías asimilado porque estabas encerrado en el propio mundo, también será un golpe.


Las vacunas quizás ayudan a tener una idea de cuándo, pero eso no depende de nosotros y en ese camino también tenemos que respetar porque no todos estamos vacunados y hay grupos de personas para los que todavía ni siquiera hay vacunas, los niños. Además, a todos nos golpeó de distintas formas. Para alguien ir a la oficina y no socializar puede tener una afectación psicológica grande, para otros, tener a los niños tele estudiando cuando tienen problemas de aprendizaje o cuando son niños súper activos, puede ser un Everest. Para quienes tuvieron pérdidas de familiares pudo ser severo, para aquellos que dejaron a medias sus tratamientos de salud o terapias puede ser una avalancha, y así tantas cosas particulares, ante las que un prejuicio sólo sería un claro mensaje de que no estamos aprendiendo nada. La situación es incierta pero la única certeza es que los prejuicios, las críticas, el ego no aportarán en nada.


Hoy, mayo de 2021, puedo decir que he visto que al menos los médicos, las auxiliares de enfermería, los adultos mayores están en un verdadero proceso de vacunación, lento, largo, en formas imperfectas a veces, pero por lo menos estamos avanzando. Veo muchas familias desesperadas porque sus padres ya vacunados con Alzheimer o con Demencias similares quieren retomar sus actividades rutinarias de estimulación, y espero, ojalá podamos pronto volver.

Mientras tanto, vale la pena visitar un médico si nos preocupa el avance, el deterioro o vemos algo en un familiar que nos hace sospechar que tienen una pérdida de memoria, orientación, dificultades para relacionarse. Vale la pena tener el diagnóstico de un médico especialista, tener una recomendación en este sentido puede ser muy útil para planificar cómo será el apoyo futuro que vamos a dar a nuestros familiares adultos mayores con deficiencias cognitivas, con Alzheimer o con demencias similares.


En esta edición espero que podamos reflexionar acerca de cómo podemos apoyar con un diagnóstico, con un tratamiento y con apoyo profesional. Tener un plan es muy importante, tanto para un cuidado, como para la persona que tiene una enfermedad como el Alzheimer.



Fundación TASE, miembro representando al Ecuador en:



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