Por: Cecilia Baca

La vida me ha dado y me ha permitido la posibilidad de ubicarme en diferentes etapas, en cada una de ellas siempre encontré el camino a seguir.
Busqué una nueva oportunidad que me permitiera aprender temas que necesitaba poner en práctica y al fin conseguí el lugar perfecto.
La Fundación TASE me proporcionó las clases de Memoria Activa, lo que me ha hecho crecer tanto mentalmente, como físicamente. Está Fundación está ubicada en un lugar lleno de una hermosa naturaleza. Al ingresar me reciben dos filas de hermosos laureles siempre están floridos de color blanco y rosado.
La casa donde recibo las clases son con enormes ventanas y puertas de vidrio que nos permiten contemplar ese entorno lleno de una variedad de árboles cada uno más hermoso que el otro y con un césped muy verde y bien cuidado.
Recibo 3 horas cada semana, los días martes con Víctor Hugo aprendí a no rendirme y volví a recordar temas que ya se me habían olvidado. Fue difícil volver a subir mi nivel.
Con Tatiana recibo clases los días martes, nos hace pruebas que realmente son un reto poder hacerlas. Con Daniel recibo la clase el día viernes. Le encanta traernos pruebas que nos hacen “sudar mucho”, son difíciles pero no imposibles.
Tanto Víctor, Tatiana y Daniel son profesores especializados en estimulación cognitiva. Con la ayuda de estos tres queridos profesores, somos felices y hemos aprendido cosas que nos permiten seguir estando presentes en nuestra vida diaria.
En lo físico tenemos a Sebastián y con él también recibo 3 horas a la semana. Puedo caminar sin la ayuda de un bastón, ya que mi equilibrio mejoró en un 98%, toda la movilidad de mi cuerpo es como de una muchacha de 15 años. Es digno contar que a mis 85 años conseguí hacer 260 sentadillas. Esto creo es un récord y esto gracias a nuestro profesor. Sebastián es de entrenamiento funcional.
