Por Dra. Rosa López Mongil
Médico especialista en Geriatría- España
La importancia del diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer (EA) es enorme, ya que, por su frecuencia, gravedad e impacto personal, familiar y social, la demencia, con la EA a la cabeza, es un problema de salud pública de primera magnitud.
En principio destacamos que principalmente se debe reconocer e identificar los síntomas o manifestaciones en los momentos más precoces de la enfermedad, teniendo en cuenta que existen muchas variantes de la EA.
Conocer el diagnóstico, nos va a permitir acceder al tratamiento lo antes posible y modificar muchos aspectos del estilo de vida del paciente, haciéndolo mucho más saludable, lo que sin duda beneficios va a reportar al paciente y a su entorno más cercano.
Para el diagnóstico, la valoración del paciente, y también la entrevista a un informador fiable, serán fundamentales. Es importante remarcar el concepto de «fiable», refiriéndonos a una persona que mantenga contacto habitual y frecuente con el paciente, que sea capaz de responder a las preguntas que le vamos a plantear sobre la capacidad de este en su vida cotidiana.
En la valoración del paciente se incluirá una consulta médica, si es posible unas pruebas y conocer si ha habido cambios en alguna de las actividades de la vida diaria.
Respecto a los antecedentes personales de los pacientes conviene conocer si presenta o ha sufrido depresión, ansiedad, problemas del sueño, traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares o ictus, epilepsias, déficit de vitamina B12; hipo o hipertiroidismo, factores de riesgo cardiovascular y los medicamentos que toma de forma habitual o si recibe tratamientos oncológicos con radio o quimioterapia o entre otros.