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Demencia: La epidemia del siglo XXI

Dra. Daniela Navia Carofilis

Medicina Integral del Adulto Mayor


La demencia es un término que se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales y que son lo suficientemente graves como para interferir en la vida diaria de la persona que la padece.

La demencia no solo afecta a los pacientes que la sufren, sino que también conlleva un desgaste físico y emocional que afecta a la familia y a las personas de su entorno. Por esto, la familia que es pilar fundamental debe ser incluida en el diagnóstico, tratamiento y cuidados que el paciente va a recibir.




"Es muy importante y necesario contar con un cuidador/tutor, con grupos de apoyo que estén disponibles durante el curso de la enfermedad y tener un médico de cabecera para comunicarle los cambios que se presentan en el paciente, para aliviar o mejorar según sea el caso y crear un ambiente adecuado que les facilite la vida."

Al hablar del término demencia, con frecuencia escuchamos la expresión “demencia senil”. Este es un término incorrecto: NO corresponde a ningún diagnóstico aceptado, ni por la comunidad médica ni por la científica. Este término se empleó como etiqueta diagnóstica en una época en la que no se disponía de tanto conocimiento como ahora sobre las demencias y las causas que las producen. Hay personas que empiezan a perder la capacidad de recordar, pensar y razonar a partir de cierta edad y sus familiares lo consideran como que tienen demencia senil. No lo llevan al médico y el paciente no recibe el tratamiento a tiempo. Esto empeora el deterioro cognitivo.


La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia progresiva en adultos mayores y es la que provoca el mayor grado de dependencia. Según The Alzheimer’s Association, 1 de cada 3 personas mayores muere por Alzheimer u otro tipo de demencia. Esto cataloga que esta enfermedad ocasiona la muerte de más personas que el cáncer de mama y de próstata juntos.


Demencia: la epidemia del siglo XXI

La demencia es una patología que se ha visto exacerbada con la pandemia por COVID-19. El confinamiento, el cese de las actividades que habitualmente se realizaban, la muerte de familiares o amigos y la falta de socialización aceleró a pasos agigantados, el deterioro cognitivo en pacientes diagnosticados con cualquier tipo de demencia y, por otra parte, afectó cognitivamente a individuos sanos y sin antecedentes.

"En la actualidad, no existe una cura para la demencia, existiendo tan solo tratamiento sintomático, por lo que adoptar cambios en el estilo de vida para tratar de evitar o retrasar al máximo su aparición es muy importante."

Es necesario conocer los factores que aumenta el riesgo de desarrollar demencia e intentar concienciar a la población para que apueste por un envejecimiento saludable. Con este se puede trabajar en la prevención y en mejorar la calidad de vida de las personas que padezcan deterioro cognitivo y enlentecer, en la medida de lo posible, el avance de la enfermedad.

"Se calcula que en los próximos 30 años se triplicará el número de personas que padecen demencia", explicó el Director General de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom. "Tenemos que hacer todo lo posible para reducir el riesgo de que la gente padezca demencia. La información científica que hemos obtenido para la elaboración de esas directrices confirma lo que llevábamos tiempo sospechando: lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro".


Como familia, ¿cómo afrontar el diagnóstico de una demencia?


Recomendaciones:

  • Un diagnóstico precoz es importante, tanto para el paciente como para la familia y/o cuidador, para evitar complicaciones y mantener un adecuado estilo de vida.

  • Recibir o solicitar información y consejos del médico especialista o grupos de apoyo para afrontar la enfermedad

  • Mantener la calma, será beneficioso tanto para su salud emocional como para la tranquilidad del enfermo

  • Informar a los familiares o personas cercanas sobre la enfermedad para que puedan comprender los cambios que se van a producir

  • Establecer algunas rutinas, hábitos y visitarlos frecuentemente.

  • Antes de que la enfermedad evolucione se arreglen papeles: bancarios, facturas, seguros, propiedades, autorizaciones médicas, etc. Después será muy complicado y derivarán en procesos legales, a veces estresantes.

  • La paciencia será uno de los puntos clave del cuidador sobre todo cuando la enfermedad progresa y las preguntas se hacen repetitivas. Es importante: no gritarle, no asustarlo, no regañarlo, no discutir

  • Conocer qué tipo de actividades le tranquilizan o qué le gusta para calmarle.

  • En etapas más avanzadas, el paciente puede tener comportamientos agresivos. En esos momentos, lo mejor es darle margen y no enfrentarse.

  • Pero lo más importante de todo es no olvidarse de uno mismo: tanto para que el paciente esté bien cuidado como para que la salud mental y física del cuidador.


Buenas noticias

Actualmente, se está desarrollando la primera vacuna española aprobada por la Oficina de Patentes de Estados Unidos para la prevención y tratamiento del Alzheimer.

La EB101, desarrollada por el Centro Internacional de Neurociencias y Medicina Genómica EuroEspes, es un modelo de vacuna que previene la enfermedad y reduce eficientemente las lesiones cerebrales en aquellos casos en los que el Alzheimer ya se ha manifestado.

Por el momento la vacuna se encuentra en la etapa de estudios pre-clínicos, estando pendientes de ejecución los estudios clínicos, y, por lo tanto, la vacuna no se encuentra en fase de comercialización todavía.

Este avance en la medicina nos da una esperanza a los adultos jóvenes para poder envejecer sin temor y a los adultos mayores a que tengan acceso a una mejor calidad de vida.








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